lunes, 4 de febrero de 2019

Villa Bosch- El otro lado



Vicente es un vecino  de 86 años que vivió  casi toda su vida en Villa Bosch, y a él recurrimos a  fines de noviembre, (mes en que se cumple un nuevo aniversario de nuestro Barrio) para  seguir recopilando anécdotas y datos del pasado de la villa. Vicente Miguel Migliazza nació en capital, en Villa Pueyrredón y llegó a esta zona en 1943 a los 11 años, con sus padres y hermanos
¿Porque eligieron venir a Villa Bosch?
Nos mudamos de capital, por la enfermedad de mi mamá, ella era enferma mental y le daba por irse de casa. Se iba a la calle con una colcha al hombro y caminaba por el empedrado de Nazca, Av. San Martín, Mosconi, Salvador M. Del Carril y aunque parezca mentira hace tantos años, esas avenidas eran de mucho tránsito, no solo de autos también circulaba el tranvía. Mi papa se iba a trabajar muy temprano, a las 5 de la mañana, y ella se quedaba sola con nosotros que éramos chicos, era un peligro. El temor por nosotros o por algún accidente con mi mamá, hizo que mi papa decidiera venirse para acá, donde no había nada, salvo algún animal de quinta. Nos dijo “nos vamos a Bosch, ahí solo la puede atropellar una vaca”
-Cuéntenos como fue la llegada a nuestro barrio-
Colegio  no había, los últimos años de primaria los hice en la escuela Abel Ayerza, de Villa Devoto y algunas veces el viaje hasta allá se complicaba un poco. Si el tren no funcionaba, la mitad de los alumnos de la escuela, tenían que faltar, por eso el jefe de la estación Devoto, hacia salir un tren especial, que era rápido hasta allí y después desde Devoto, al volver, paraba en todas las estaciones, repartiendo a los chicos que venían de estos lados.
Nosotros tuvimos el primer almacén que había y estaba de este lado (sur de Villa Bosch) en la esquina de José M. Bosch y Luis María Campos (antes 4 de Noviembre). Para mi hubo un error en la denominación de esta última calle, porque no se puede llamar de la misma manera, después de cruzar el túnel de Ilia y por tan solo una cuadra. Hablando del túnel, cuando llegamos  el conducto era un caño muy pequeño y con un amigo nos divertíamos esperando el paso  del tren, porque nos metíamos adentro para sentir la vibración, era toda una aventura. Después de muchas inundaciones y muchos  años de gestión de los vecinos, se construyó el paso por debajo de las vías.
¿Siempre tuvieron almacén?
No, yo fui maestro mayor de obras durante 30  años, hasta que falleció mi papá y me hice cargo del almacén, mi otro hermano Marcelo, también era maestro mayor de obras y uno de los primeros martilleros que hubo en el barrio y Antonio fue Secretario de Obras Públicas del Municipio.
El primer rematador que hubo en Villa Bosch fue mi papá Francisco
¿Porque las vías hacen la diferencia en el barrio?
 Esa diferencia se dio porque en el norte de Villa Bosch (la zona más  comercial) no se permitía hacer ranchos, es decir las casas debían de ser de material, por eso Bravo & Barros una de las empresas que realizaron el loteo, ofrecía cada terreno en venta junto a  10.000 ladrillos, no ocurría lo mismo de este lado, es decir que el sur de Villa Bosch desde el principio fue diferente.
¿Había luz, asfalto, medios de transporte?
Luz, no había, nos iluminábamos con el sol de noche y con una lámpara, que era una piedrita de carburo, que con un poco de agua, daba una luz hermosa. Cuando hubo que traer la electricidad, mi papá se ocupó de solicitarla pero, debían anotarse al menos diez familias para que pusieran los palos. Ni subiéndose a la terraza se veían las casas, hubo que recorrer mucho para encontrarlas, de tan pocas familias que había en la zona. Con respecto al asfalto solo llegaba a la estación desde 4 de noviembre y Kelsey, hoy Murias, todo lo demás era tierra pura. Después de algunos años se trazó Santos Vega, primero hicieron un mejorado y más tarde, la asfaltaron hasta San Lorenzo. ¿Medios de transporte?, solo estaba el tren, que en realidad, era un tranvía, al tiempo apareció otro medio de transporte, un coche con capota  de lona, que iba de  la estación  a la calle San Lorenzo y cobraba 6 o 7 centavos por persona. Empezó a funcionar cuando asfaltaron la calle, antes  era imposible, era puro barro.
¿Cómo eran los alrededores de la estación y cuáles fueron los primeros comercios?
El más antiguo fue la  óptica Monteagudo, después la farmacia Arias, le siguió mi almacén “Gran provisión Pichi”. En realidad, solo hasta San Lorenzo era la vida de Villa Bosch, después puro campo, porque para  la derecha de Santos Vega, eran todos Maizales y para la izquierda, estaban los campos de hacienda, que  arriaban los animales al matadero de San Martin, este estaba ubicado  donde actualmente está el Centro de Zoonosis de la calle Almeira. Tengamos en cuenta que en esa época, todo era partido de San Martin. Las quintas eran todas de hortalizas. De José M. Bosch a la izquierda, hornos de ladrillos, más adelante la fábrica de azulejos Vicri que después de muchos años fue el supermercado Canguro. Para el lado  de Coronado también, había quintas de hortalizas y criadores de caballos. En la estancia de los Kelsey, dentro de esa zona,  había tambos y sus  cuidadores, los Urquijo, se dedicaban a la cría de ovejas. Era un campo de 80 hectáreas que limitaba  al norte con las vías del ferrocarril San Martín. Donde está actualmente la fábrica  Peugeot, era la estancia de los Kelsey. Los Urquijo  eran los caseros  de estos campos, pero parecían los dueños de las tierras, los conocían más que a ellos, estaban acá desde 1900 y se encargaban de todo, cuando los hacendados llegaban de Buenos Aires ellos, los iban a buscar a la estación en una volanta, un coche muy antiguo de cuatro asientos tirado por dos caballos. Las tierras de los Kelsey estaban sembradas de Alfalfa para alimentar a los animales que tenían en los corralones de centro de Buenos Aires
 En ese tiempo la calle Esquiu se utilizaba para para tomar el tiempo a los caballos de carrera, era un callejón largo y recto. Todos los los jueves  había reunión, se llenaba de sulkys y caballos de trote. Recuerdo que un caballo se vendió a $ 20.000 cuando una casa salía $ 5.000 de aquella época. Con el carro que teníamos íbamos a ver todas las carreras. En esa Zona estaba la excavadora, de ahí sacaban la tierra para realizar los terraplenes del ferrocarril San Martín, eso hizo que se formara una hondonada de 6 o 7 metros de profundidad (la laguna) donde llevaban a tomar agua a las vacas y donde los chicos íbamos a jugar.
¿Y el bosque de eucaliptos?
Están desde el 53 antes era un predio pelado y aquí debajo de mi casa, frente a los eucaliptos, donde estaba el almacén y despacho de bebidas, teníamos dos palenques, la gente venía a  caballo a tomar unos vinos y se quedaban cantando tangos hasta las primeras luces del  día siguiente
Los  campos de los Kelsey y de los Bosch fueron vendidos o donados por sus herederos a diferentes instituciones. Una de las últimas hectáreas loteadas y posteriormente vendidas, fueron las que pertenecían al Club Dreyfus, en el límite entre Coronado y Villa Bosch. Esas cuatro manzanas repletas de eucaliptos, fueron de las ultimas en lotearse y posteriormente rematarse a fines de 1970  y modificaron sustancialmente, la fisonomía de una parte de nuestro barrio.














No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los editores se reservan el derecho a no publicar un comentario que no respete buenas costumbres o sea violento y/o insultante.