El 2 de abril se cumple un nuevo aniversario del desembarco de las tropas argentinas en Malvinas. Desde el año 1992 se conmemora en esa fecha el “Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas”. Tal vez el ataque y posterior hundimiento del ARA General Belgrano, haya sido uno de los hechos más polémicos que sucedieron en 1982 durante la contienda, por el cuestionamiento que se hizo con respecto a la zona donde fue bombardeado. El Crucero era un barco de bandera norteamericana que en el año 1941 escapó sin daños en medio del desastre de Pearl Harbor y diez años después, en octubre de 1951 fue vendido a Argentina como material de rezago por EEUU. En el momento en que se desencadenó la guerra de Malvinas se encontraba en reparaciones en Puerto Belgrano y apuraron los procedimientos para ponerlo en funcionamiento. Claudio Fuletti es uno de los 770 sobrevivientes del Belgrano, actualmente está casado, tiene tres hijas, vive en Caseros y accedió gentilmente a contarnos su historia. ¿Claudio Ud. era soldado conscripto?
No, yo me incorporé a la Armada cuando tenía 15 años y desde el comienzo estuve destinado a la tripulación del Belgrano. A los 18 era Cabo 2º y durante el conflicto y en el momento del bombardeo estuve al frente de una batería, los soldados a mi cargo eran todos mayores que yo.
¿Que recuerda del bombardeo?
Nosotros no sabíamos que el submarino nuclear inglés Conqueror nos venía vigilando desde que zarpamos. El crucero no tenía radares para submarinos, pero íbamos acompañados por los destructores Piedrabuena y Bouchard, que si los tenían, aunque no los podían utilizar permanentemente para no ser detectados por el enemigo, así que lo encendían un rato cada tanto, también
integraba el grupo de tareas, el buque petrolero Puerto Rosales. Yo estaba de guardia en mi batería cuando vino mi relevo, iba a ir como todos los días al comedor, pero por alguna razón que aún no comprendo, ese domingo 2 de mayo de 1982, decidí ir directamente a descansar, de haber ido a comer, no creo que hoy hubiese podido contar esto. Aproximadamente a las 16,30 hs. escuche la explosión, el primer torpedo que disparó el Conqueror, dio de lleno en la popa y barrió todo lo que allí había, incluido el comedor, donde yo podía haber estado. Allí murieron 274 tripulantes entre oficiales, suboficiales y conscriptos.
¿Que atinó a hacer?
Lo que puedo destacar es que no hubo escenas de pánico, desde los altoparlantes se dio la orden de evacuar y todo se hizo en orden, sabíamos que si caíamos al agua y estábamos mas de 5 minutos allí, moriríamos por la hipotermia, así que nos fuimos a las balsas que cada grupo tenía asignado, había más balsas que las que se necesitaban, eso fue contraproducente porque en las balsas en donde había 3 o 4 soldados no hubo sobrevivientes, se los encontró muertos por no poder generar calor con sus propios cuerpos.
¿Que hizo usted?
Yo estuve en una balsa con 20 soldados más, solo teníamos agua en unos envases parecidos a los de suero y pastillas de glucosa para alimentarnos. Estuvimos en el mar alrededor de 36 hs., a la deriva, algunos se orinaban encima para sentir el calor en las piernas, otros se vomitaban dentro de las chaquetas, porque ese calor aliviaba el frío que era de muchos grados bajo cero. Las balsas eran de goma y tenían un sistema especial con el que se inflaban, tenían techo y paredes, se parecían a una carpa. Muchas de ellas se pincharon con los restos del Crucero, aunque algunas a pesar de todo, se mantuvieron a flote. El viento huracanado rompía los cierres de los costados, así que nos turnábamos para cubrir con nuestras espaldas los huecos que se producían y de esa manera lográbamos protegernos un poco del viento. Nos sosteníamos como podíamos de los caños de la balsa para no caer al mar, la tormenta era terrible con olas de muchos metros de altura.
¿Que pasa por la cabeza de alguien en esa situación?
Estábamos resignados, algunos rezaban, otros lloraban en silencio, nos poníamos en manos de Díos. El temor más grande era que el oleaje nos llevara de nuevo para el lado del crucero, porque si eso sucedía, en el hundimiento nos podía llevar al fondo con él. En un momento vimos al barco que nos venía a rescatar y luego desapareció, después nos dimos cuenta por que. Eran tan enormes las olas que producía la tormenta, que a veces veíamos a nuestros rescatistas desde arriba y otras veces debajo de nosotros, solo sentíamos la calma del mar cuando estábamos suspendidos en el aire, sobre la cresta de una ola
Cuéntenos del rescate
Yo digo que fue como si una mano gigante nos levantara y nos depositara en la cubierta, parece increíble pero fue así, de momento parecía que volábamos y de repente nos caímos encima del barco. Fue al atardecer del 3 de mayo cuando comenzó el rescate de las primeras balsas, una verdadera hazaña, teniendo en cuenta tempestad que asolaba el Atlántico Sur
¿Que puede contarme sobre si estaban o no en zona de exclusión?
Mucha gente todavía se hace esa pregunta. En un principio sí estábamos dentro de la zona de exclusión, dábamos vueltas por donde a los submarinos se les hacía difícil la navegación, por la poca profundidad de las aguas, pero nos dieron la orden de regresar y cuando nos torpedearon ya estábamos fuera.
¿Como fueron las horas posteriores al rescate?
Después del rescate llegamos a Ushuaia en donde nos proporcionaron ropa seca, chocolate caliente y uno de esos mamelucos que se usan para la nieve, como los que se alquilan en Bariloche, tuvimos que dormir casi desnudos y de a dos o tres por cama. Desde ahí nos mandaron a Puerto Belgrano donde nos hicieron un chequeo médico y los que estaban bien físicamente, entre los que me incluyo, fuimos enviados en micro a Bs. As, a nuestras casas.
Su vida, ¿Cómo continuó?
Estuve dos años más en servicio y me retiré con el grado de cabo 1º, después con la ayuda de mis padres me puse una verdulería y ahora soy portero de la escuela Nº 5 de Caseros
¿Necesito algún tipo de asistencia?
Con respecto a las secuelas, si las tengo, todavía no me dí cuenta, al principio me levantaba por la noche sobresaltado, pero gracias al amor y la contención de mis padres lo pude superar, ellos hicieron que no sufra lo que otros todavía están padeciendo. No necesité ayuda psicológica, puede formar una familia y seguir viviendo, intenté estar siempre ocupado para que mi mente no tenga tiempo de pensar en aquellos días, aunque a veces aparecen los recuerdos. De todas maneras en casa tratamos de no hablar de eso.
¿Cuales son sus sensaciones treinta años después?
Mi sentimiento es de mucho orgullo por haber participado de esa gesta, siento que me metí en la historia de mi país, siento que soy parte de una generación que vivió situaciones muy duras. Pero para ser honesto creo que la recuperación de las islas no va a ser fácil, ni siquiera a largo plazo. Esto ocurrió hace 30 años con un gobierno que se estaba cayendo y que intentó recuperarlas pensando que los ingleses no iban a venir y la gente los iba a reivindicar, pero les salió mal porque al gobierno de Margaret Thatcher le estaba pasando algo parecido, con la diferencia que la Argentina tenía armamento de la segunda guerra mundial y los Británicos fueron y son una de las fuerzas armadas mas sofisticadas del mundo. Era poco menos que imposible ganar esa guerra. De todos modos considero que hay que continuar buscando la solución por vía diplomática como se hizo hasta ahora.
