AdelaF “Amigos de la Frontera” es un grupo perteneciente a la comunidad educativa del Instituto Pío XII-Murialdo que se ocupa, desde hace más de 30 años, en colaborar con las escuelas de frontera del norte de la provincia de Neuquén y está integrado por autoridades del colegio, docentes, alumnos y ex alumnos que trabajan arduamente para colaborar con los colegios que apadrinan. Hablamos con Franco Cruppi uno de sus fundadores y de los primeros en viajar y con Juan Manuel Erballes, ex alumno de la institución, docente y actual colaborador del grupo.
¿Contanos qué es AdelaF?
Cuando surgió la campaña el director del colegio de ese entonces Juan Poggio, lo comento con los alumnos que aceptaron comprometerse y colaborar. Todo Villa Bosch ayudó, se juntaron 10.000 pesos de esa época que era una fortuna. En ese momento existía la fábrica Adidas que donó cientos de pares de zapatillas, Bon Sui (fabrica de alfajores) entregó tarros gigantes de dulce de leche y alfajores. También colaboró Tienda La Rosita, cuyo hijo fue uno de los nuestros. Se hicieron rifas y se recibieron muchas otras ayudas. La campaña fue enorme, los micros salieron de la cancha de River, eran 22, cada uno con un destino diferente, nosotros, 20 jóvenes varones marchamos hacia Neuquén. “A nosotros nos dejaron en Andacollo” dice Franco. “Éramos muy chicos y había miedo ya que en Manzano Amargo no había nada para instalarnos varios días, íbamos acompañados de 3 adultos, Juan Poggio, el director, Cerrota, el papá de un alumno que tenía un vivero muy grande en Loma Hermosa y se dedicaba a la producción de tulipanes y el papá de Silvia Troncoso, hija de un ex gendarme. Ellos llevaron varios bulbos de tulipanes, plantines de pino y hoy los pobladores se dedican a esa producción.
¿Cómo se organizaron una vez instalados?
Hicimos una huerta, una cancha de futbol, llevamos una pelota autografiada por todos los jugadores que ganaron el mundial 78, arreglamos la escuela, la pintamos, hicimos caminos y entregamos lo que llevábamos. Era increíble la felicidad de esos chicos sobre todo con la ropa y con el calzado porque en los pies llevaban puestos un cuero que lo ataban sobre el empeine al que llamaban “chalita”, nunca antes habían usado un par de zapatillas.
¿Cuántas veces viajaron?
Salvo en el 82 por la guerra de Malvinas volvimos todos los años, “gendarmería manejo el tema sólo un año, después lo hicimos solos”, nos cuenta Juan Manuel quien continúa con la obra. “Lo que hizo el Pío es mantener un compromiso institucional con la escuelita 253, con ella arrancamos y luego se agregaron otras de la misma zona”, nos cuenta Adriana Caldenaro esposa de Franco quien participó como docente acompañando a un grupo en 1987.
¿En qué época del año se viaja y quiénes pueden hacerlo?
El viaje se realiza en enero, el año pasado fueron 41 personas, los chicos/as de la escuela pueden viajar desde los 15 años hasta el final de la secundaría, luego pueden hacerlo como ex alumnos o docentes. El padre Nadino viaja desde hace 6 años, la gente lo espera para bautizar a sus hijos o para casarse, lo quieren mucho. Cuando llegamos hacemos servicio social, vamos casa por casa, tomamos mate con ellos, los escuchamos, algunos hasta somos padrinos de los chicos, ellos son muy agradecidos y nos ofrecen lo poco que tienen. Actualmente cuando llevamos ropa se organiza una especie de feria americana donde las prendas se venden a precios simbólicos, un peso, dos o tres. Así se pagan su viaje de egresados. Como la gente ahora tiene trabajo ya no necesita tanto la ropa y por eso la vende, con esa recaudación también se arregla la escuela.
¿Donde acopian lo que recaudan?
La escuela cuenta con un espacio destinado al grupo y colabora mucho con todos, nos cedió un sótano en donde se guarda la mercadería recibida y en donde los sábados trabajan entre 60 y 70 personas clasificando ropa, alimentos, juguetes, útiles, regalos, para poder distribuirlos al llegar a destino sin problemas.
“Si bien la participación de los chicos concluye con el final del ciclo secundario, es como que AdelaF no se va nunca, de una forma u otra uno sigue ligado, tal vez no como activistas plenos, pero cuando hace falta, siempre se está, el trabajo que hacen los chicos durante el año es impagable”, dice franco”.
La frutilla del postre es el viaje al que no todos van, son seleccionados por su conducta y su trabajo no sólo como integrantes de AdelaF sino también como alumnos. Actualmente “Amigos de la Frontera” apadrina no sólo a la escuela de Manzano Amargo, sino también a la Nº 236 de Pichi Neuquén, Nº 276 de La Matancilla. Invernada Vieja, Butalón Norte, Colo Michi Co, Los Carrizos, Los Miches, Lileo, Los Chacayes, Tierras Blancas, Bella Vista y Varvarco y también a un hogar de Madres Cuidadoras ubicado en el pueblo de Las Ovejas, es decir que en la actualidad apadrina a 13 escuelas y un albergue de niños.
¿Realizan intercambios culturales?
En el año 1996 se realiza un proyecto en conjunto con las escuelas y el consejo escolar de Chosmalal, en el cual se pacta la visita a Buenos Aires de los alumnos de 7 año, como viaje de egresados, esta actividad esta vigente hasta el momento nos cuenta Juan Manuel y agrega: “Los chicos de las escuelas que apadrinamos, realizan su viaje de egresados a Villa Bosch, son alojados en Manzanares y realizan un Tour para conocer algunos lugares de Buenos Aires, canchas de River y Boca, Casa Rosada, Palermo, Zoológico etc.”. Franco emocionado nos relata su experiencia al viajar después de 30 años. “Tuve la suerte de viajar con mi hijo Luciano, en el 2008, el lugar había cambiado mucho pero los recuerdos estaban ahí. Cuando llegué salí a buscar a todos los que conocí cuando estuve allí, hace tres décadas. Me encontré con Panchito, ahora un hombre, cuando lo vi por primera vez, un chico de 4 o 5 años, vestido con ropa vieja y chalitas en los pies, le conseguimos todo nuevo y de tan feliz, estuvo con nosotros los 10 días que permanecimos en Manzano Amargo, cuando volvimos a Villa Bosch nos trajimos sus chalitas para mostrarle a los pibes como era aquello”. Hoy Panchito tiene 35 años, es el chofer del camión que reparte la leña y el principal organizador del recibimiento a AdelaF cuando llegan en el verano a la zona.
Después de 5 años de viajar, en 1984 se creó AdelaF para poder realizar una tarea planificada y poder incrementar el padrinazgo a otras escuelas. Al comienzo viajaban sólo los varones y después se agregaron las chicas. Pasó que en el año 1979 Gendarmería Nacional inició una campaña llamada “Argentinos Marchemos a la Frontera”, la idea era que colegios de capital y del conurbano apadrinen a escuelas necesitadas, ubicadas en las fronteras del país. Con ese fin se realizaba un sorteo y a cada colegio anotado para colaborar, se le asignaba una escuela de frontera. Al Instituto le toco la escuelita 253 de Manzano Amargo en Neuquén, en esa época un paraje inhóspito en donde solo había un hospital de campaña que había armado gendarmería por el tema de la guerra con Chile y menos de una decena de casitas muy precarias de barro, construidas un metro bajo tierra para protegerlas del frío y de la nieve, un almacén de ramos generales y dos aulas que oficiaban de escuela.
¿Como nació la apuesta?
Cuando surgió la campaña el director del colegio de ese entonces Juan Poggio, lo comento con los alumnos que aceptaron comprometerse y colaborar. Todo Villa Bosch ayudó, se juntaron 10.000 pesos de esa época que era una fortuna. En ese momento existía la fábrica Adidas que donó cientos de pares de zapatillas, Bon Sui (fabrica de alfajores) entregó tarros gigantes de dulce de leche y alfajores. También colaboró Tienda La Rosita, cuyo hijo fue uno de los nuestros. Se hicieron rifas y se recibieron muchas otras ayudas. La campaña fue enorme, los micros salieron de la cancha de River, eran 22, cada uno con un destino diferente, nosotros, 20 jóvenes varones marchamos hacia Neuquén. “A nosotros nos dejaron en Andacollo” dice Franco. “Éramos muy chicos y había miedo ya que en Manzano Amargo no había nada para instalarnos varios días, íbamos acompañados de 3 adultos, Juan Poggio, el director, Cerrota, el papá de un alumno que tenía un vivero muy grande en Loma Hermosa y se dedicaba a la producción de tulipanes y el papá de Silvia Troncoso, hija de un ex gendarme. Ellos llevaron varios bulbos de tulipanes, plantines de pino y hoy los pobladores se dedican a esa producción.
¿Cómo se organizaron una vez instalados?
Hicimos una huerta, una cancha de futbol, llevamos una pelota autografiada por todos los jugadores que ganaron el mundial 78, arreglamos la escuela, la pintamos, hicimos caminos y entregamos lo que llevábamos. Era increíble la felicidad de esos chicos sobre todo con la ropa y con el calzado porque en los pies llevaban puestos un cuero que lo ataban sobre el empeine al que llamaban “chalita”, nunca antes habían usado un par de zapatillas.
¿Cuántas veces viajaron?
Salvo en el 82 por la guerra de Malvinas volvimos todos los años, “gendarmería manejo el tema sólo un año, después lo hicimos solos”, nos cuenta Juan Manuel quien continúa con la obra. “Lo que hizo el Pío es mantener un compromiso institucional con la escuelita 253, con ella arrancamos y luego se agregaron otras de la misma zona”, nos cuenta Adriana Caldenaro esposa de Franco quien participó como docente acompañando a un grupo en 1987.
¿En qué época del año se viaja y quiénes pueden hacerlo?
El viaje se realiza en enero, el año pasado fueron 41 personas, los chicos/as de la escuela pueden viajar desde los 15 años hasta el final de la secundaría, luego pueden hacerlo como ex alumnos o docentes. El padre Nadino viaja desde hace 6 años, la gente lo espera para bautizar a sus hijos o para casarse, lo quieren mucho. Cuando llegamos hacemos servicio social, vamos casa por casa, tomamos mate con ellos, los escuchamos, algunos hasta somos padrinos de los chicos, ellos son muy agradecidos y nos ofrecen lo poco que tienen. Actualmente cuando llevamos ropa se organiza una especie de feria americana donde las prendas se venden a precios simbólicos, un peso, dos o tres. Así se pagan su viaje de egresados. Como la gente ahora tiene trabajo ya no necesita tanto la ropa y por eso la vende, con esa recaudación también se arregla la escuela.
¿Donde acopian lo que recaudan?
La escuela cuenta con un espacio destinado al grupo y colabora mucho con todos, nos cedió un sótano en donde se guarda la mercadería recibida y en donde los sábados trabajan entre 60 y 70 personas clasificando ropa, alimentos, juguetes, útiles, regalos, para poder distribuirlos al llegar a destino sin problemas.
“Si bien la participación de los chicos concluye con el final del ciclo secundario, es como que AdelaF no se va nunca, de una forma u otra uno sigue ligado, tal vez no como activistas plenos, pero cuando hace falta, siempre se está, el trabajo que hacen los chicos durante el año es impagable”, dice franco”.
La frutilla del postre es el viaje al que no todos van, son seleccionados por su conducta y su trabajo no sólo como integrantes de AdelaF sino también como alumnos. Actualmente “Amigos de la Frontera” apadrina no sólo a la escuela de Manzano Amargo, sino también a la Nº 236 de Pichi Neuquén, Nº 276 de La Matancilla. Invernada Vieja, Butalón Norte, Colo Michi Co, Los Carrizos, Los Miches, Lileo, Los Chacayes, Tierras Blancas, Bella Vista y Varvarco y también a un hogar de Madres Cuidadoras ubicado en el pueblo de Las Ovejas, es decir que en la actualidad apadrina a 13 escuelas y un albergue de niños.
¿Realizan intercambios culturales?
En el año 1996 se realiza un proyecto en conjunto con las escuelas y el consejo escolar de Chosmalal, en el cual se pacta la visita a Buenos Aires de los alumnos de 7 año, como viaje de egresados, esta actividad esta vigente hasta el momento nos cuenta Juan Manuel y agrega: “Los chicos de las escuelas que apadrinamos, realizan su viaje de egresados a Villa Bosch, son alojados en Manzanares y realizan un Tour para conocer algunos lugares de Buenos Aires, canchas de River y Boca, Casa Rosada, Palermo, Zoológico etc.”. Franco emocionado nos relata su experiencia al viajar después de 30 años. “Tuve la suerte de viajar con mi hijo Luciano, en el 2008, el lugar había cambiado mucho pero los recuerdos estaban ahí. Cuando llegué salí a buscar a todos los que conocí cuando estuve allí, hace tres décadas. Me encontré con Panchito, ahora un hombre, cuando lo vi por primera vez, un chico de 4 o 5 años, vestido con ropa vieja y chalitas en los pies, le conseguimos todo nuevo y de tan feliz, estuvo con nosotros los 10 días que permanecimos en Manzano Amargo, cuando volvimos a Villa Bosch nos trajimos sus chalitas para mostrarle a los pibes como era aquello”. Hoy Panchito tiene 35 años, es el chofer del camión que reparte la leña y el principal organizador del recibimiento a AdelaF cuando llegan en el verano a la zona.
El viernes 24 de junio tuvo lugar en Santos Lugares un emotivo homenaje al escritor Ernesto Sábato, en la puerta de su casa ubicada en Langeri 3134, frente al club Defensores de Santos Lugares .Coincidiendo con la fecha en que cumpliría 100 años fue recordada su trayectoria literaria, su obra, su arte y compromiso ciudadano, anunciándose la "puesta en valor de la casa que habitara con su familia", con el fin de transformarla (tras una adecuación de espacios) en museo. Estuvieron presentes personalidades de la cultura, autoridades, vecinos y familiares entre quienes se encontraba su hijo Mario quien autorizó la transformación de la vivienda familiar en el “Museo Sábato”. Se prevé que el próximo año, en un nuevo aniversario del natalicio del escritor finalicen las tareas en la emblemática casa. Durante el acto se inauguró un mural alusivo a la figura de Sábato, realizado por el artista plástico local Martín Ron, quien recibió un reconocimiento del hijo de “Don Ernesto”, que expreso “Este es un día de celebración, no de tristeza ni de nostalgia. Hoy se pone en marcha un sueño de mi padre, que la gente pueda visitar esta casa mágica donde vive su espíritu”. Por otra parte se informó que se impulsará un proyecto de ley para que la residencia sea declarada Monumento Histórico Testimonial para que pueda ser incorporada al Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
La asociación “Hermano Sol, Hermana Luna de Asís”, está organizando su segundo viaje anual a la Puna Jujeña. En esta oportunidad necesitan llevar: Banderas Argentinas, partituras musicales para la banda municipal de La Quiaca, ropa de bebes, niños y adultos, calzado, juguetes, ropa de cama, vajilla de cocina, máquinas de tejer y coser, salamandras a leña, estufas eléctricas, útiles escolares, lana para tejer, telas para confeccionar, jabón de Tocador, cremas para manos, también paquetes de bolsas de consorcio de 60 x 80 negras, reforzadas y rollos de cinta autoadhesiva para embalar. Esta ayuda es para niños, padres y docentes de 60 de comunidades originarias de nuestro país que viven y asisten a la escuela en un clima extremo de más de 30º de temperatura en el día y menos 20º durante las noches de invierno, la mayoría de estas escuelas son albergue (Los Niños y docentes viven allí de lunes a viernes) y se sitúan a entre 30 y 150 Kilómetros de La Ciudad De La Quiaca y entre 3500 a 4800 metros sobre el nivel del mar en plena cordillera de los andes. Las donaciones se reciben hasta el 28 de agosto en Carlos Gardel 2868 (entre Agustín Magaldi y La Crujía) de Villa Libertad o llamando a José Antonio Franco al Tel: 4752-1354.