editorial

Muchas preguntas nos hacemos los argentinos pero hay una que se convierte en recurrente, ¿Por qué no nos permitimos dar el gran salto y convertirnos por fin en el país que deseamos? Resulta increíble que siempre se repita la misma historia, que la rueda gire y la bola vuelva a quedar siempre en el mismo lugar. La historia de nuestro pueblo parece ser una película que ya vimos, interpretada  por pésimos actores, siempre los mismos, el fondo monetario y el Dólar. Una historia trágica que no podemos dejar de ver,  no encontramos la forma y lo peor de todo, es que sabemos cómo va a terminar. Diferentes momentos, diferentes directores pero siempre el mismo final, empobrecidos, endeudados y decepcionados. Debemos luchar por nuestros derechos, aceptando las diferencias y respetando la diversidad de pensamientos. No debemos permitir que el odio guie nuestras acciones, porque el odio ciega y no nos permite ver con claridad, claridad que necesitamos para intentar entre todos construir una Patria que no sea una utopía, un lugar en donde podamos vivir en paz, sin violencia, seguros, con salud, educación y trabajo para todos, conservando los derechos adquiridos e intentando conseguir otros y en donde todos los que habitamos nuestra querida Argentina,  podamos desarrollarnos y cumplir nuestros sueños. En el mes de la Independencia de nuestra Patria, que así sea.