editorial

El cineasta y documentalista norteamericano Michael Moore intenta comprender en su última película “¿Qué invadimos ahora?”, donde radica el éxito del sistema educativo Finlandés .Y llega a algunas conclusiones que pondrían felices a los chicos de muchas regiones del planeta. Esto último lo afirmo basándome precisamente en esas conclusiones. Mientras en argentina nos rasgamos las vestiduras por las horas de clases que anualmente deben cumplir los alumnos, en Finlandia van a clases un promedio de 20 horas semanales, con ciclos lectivos más cortos y con poca “tarea para el hogar” Los educadores finlandeses entrevistados por Moore consideran que los niños deben tener más tiempo para ser niños y para dedicarse a jugar, hacer deportes, tocar un instrumento musical y poder compartirlo con su familia y sus amigos. Concurren a las escuelas de su barrio, dado que son todas iguales y en ellas se relacionan con niños de diferentes condiciones sociales. Por supuesto que para que todo esto sea posible, debe haber un estado presente que posibilite que los niños obtengan, comida, transporte y los libros de estudio de manera totalmente gratuita y que además incentive a sus maestros y profesores a capacitarse para lograr un nivel de excelencia. Cuando en Argentina cada vez más padres inscriben a sus hijos en escuelas privadas, pagando cuotas altísimas, intentando conseguir  una mejor formación. En Finlandia cobrar por la educación está penado por la ley.