jueves, 10 de diciembre de 2015

editorial

Después de seis mandatos consecutivos, veinticuatro años como intendente de tres de febrero, el 25 de octubre Hugo Curto perdió las elecciones contra un periodista y escritor que hasta hace poco casi nadie conocía en el distrito y lo más sorprendente es que está en las antípodas de su pensamiento político. No alcanzaron las grandes obras preelectorales para que los vecinos volvieran a elegirlo. Es que un cuarto de siglo manejando los destinos del distrito es mucho tiempo y no es bueno para la democracia, como sucede en la mayoría de los municipios, la reelección ilimitada. Resulta raro imaginar como serán estos cuatro años con el ejecutivo en manos de otra gente, pero si Valenzuela cumple con lo prometido: fin de las elecciones indefinidas, mucha gestión, modernidad, mejorar la atención en salud y emergencias en el distrito, seguridad y servicios en todos los barrios, los votantes de tres de Febrero estarán satisfechos, porque esta elección puso al descubierto el descontento subyacente en el partido y la necesidad de la gente de encontrarse con algo diferente. 

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