martes, 13 de diciembre de 2011

nota de tapa - camino a la vida

Nos acercamos a Camino de Vida una fundación que desde hace dos años funciona en Carlos Echagüe 1357 de Villa Bosch y que se encarga de ayudar a quienes tienen problemas con las drogas. Hablamos con su fundador Pablo Serantes, quien nació y vivió prácticamente toda su vida en el barrio.

¿A que te dedicabas antes?

Jugaba al futbol pero a raíz de un problema que tuve en una de las rodillas quedé libre en el equipo, lo que me dejó a merced del arco de la estación, de la esquina, momento en que empieza a gestarse en mí, un personaje que me fue acompañando hasta ahora y que yo mismo genere a través del consumo.

¿Sos un ex adicto?

No existe el ex adicto, soy un adicto en recuperación, con 7 años 6 meses y 19 días sin consumir.

¿Cómo lograste salir?

Toque fondo, tuve un situación limite, como la de cada uno de los chicos que están acá, en mi caso fue encontrarme en un piso 18 entre el abismo y la vida. Después de 16 años de consumo, a los 31 años, pude pedir ayuda a Narcóticos Anónimos. Entender que esta enfermedad había destruido toda mi vida, mis vínculos, mi trabajo, llego un momento en que estaba solo, lamentablemente mis padres no pudieron ayudarme porque hace 20 años no se hablaba de muchas cosas y la droga era un tema tabú, hoy los jóvenes tienen muchas posibilidades para pedir ayuda.

¿Cómo fue que empezaste con Camino de Vida?

En narcóticos anónimos tenía un padrino que llevaba 13 años limpio, sin consumir, el fue quien me contó que en la Universidad de Flores, se hacía una tecnicatura sobre drogadependencia y como yo quería saber que daño había causado la adicción en mí, comencé a estudiar. Hice un año y luego tres más en la Universidad del Salvador, trascurriendo el último año apareció este sueño, la fundación. El 21 de septiembre del 2009 comenzó a funcionar este centro de recuperación con dos adictos. Los primeros 4 meses estuve trabajando solo las 24 horas del día, fue mucho sacrificio. Hoy después de dos años me acompañan 12 profesionales y ya pasaron 87 chicos, 12 de los cuales se encuentran en recuperación. En la fundación camino de vida todos son bienvenidos, no hay diferencia de raza, de credo, económicas, nada, lo único que exigimos es el deseo sincero de dejar de consumir. Trabajamos con todos los entes estatales en primer lugar con el Sedronar, después con la Subsecretaria de adicciones de la Provincia de Buenos Aires y estamos por firmar un convenio con la Municipalidad de Tres de Febrero para ser prestadores del municipio.

¿Como se subvenciona?

Los chicos que mandan del Sedronar y de la Subsecretaría, vienen con una beca. Hay una ley nacional que obliga a las obras sociales y al estado a hacerse cargo de los tratamientos de adicciones.

¿Los chicos internados son todos adictos a narcóticos?

Ahora es tan complejo el tema que vienen hasta con dos patologías, por ejemplo, alcoholismo y drogas, generalmente el 95% de la población adicta comienza con el alcohol. Un investigador del Conicet nos decía que el 52% de las muertes por adicciones son por el alcohol, la sociedad esta naturalizando el consumo de alcohol. Hasta se festeja el debut alcohólico de un chico de 12 años. Hoy es normal ver a un joven de 18 años consumiendo droga o alcohol en la calle como un ciudadano normal.

¿Que me podes decir del consumidor social?

Es consumidor, consume sustancia. En Canadá se hizo un estudio en donde se probó que de 0 a 5 años se empiezan a producir los primeros diagnósticos de psicosis a causa del consumo de marihuana y en general se banaliza el tema, todos dicen ¿que te va a hacer un porrito? una planta alucinógena que sale de la tierra, es natural. Sin embargo el orden de tolerancia que tiene el cuerpo hace que lo que yo necesito hoy, mañana no me alcanza, por lo tanto voy a necesitar una dosis más. Nuestro programa terapéutico dice que una es suficiente, solo la primera, por eso no hay consumidor social es consumidor.

¿Y la legalización, que opinas?

Es muy difícil luchar contra la segunda comercialización más grande del mundo, la primera son las armas, la segunda las drogas, yo no estoy para luchar contra nada, mi rol es ayudar al adicto en recuperación. La mentira, la deshonestidad, la manipulación, el egocentrismo llevan al adicto a no medir consecuencias y a dañar hasta la propia madre. Mi padrino en el Sedronar me decía “cárceles, hospitales o la muerte es lo que nos espera a los adictos si seguimos consumiendo”.

Lucas Ezequiel Ocampo tiene 27 años y esta en recuperación desde hace seis meses “gracias a dios estoy en la fundación manteniéndome en este camino de recuperación. Lamentablemente uno toma conciencia después de pasarlo muy mal. Vine acá cansado de sufrir, de no poder disfrutar de mi hijo, me dí cuenta que estaba al borde de perderlo todo. Acá recupere el vinculo con mi mujer y con mi familia, pero lo más importante que recupere fueron las ganas de vivir. No le encontraba sentido a la vida, drogarse todos los días es ir suicidándose lentamente. Acá estoy aprendiendo a enfrentar los problemas”

Para tener una optima recuperación hay tres cosas que el adicto debe cumplir, ser honesto, tener buena voluntad y ser receptivo, escuchar, por que el adicto afuera, no escucha a nadie, se las sabe todas.

Francisco Belliau nos cuenta que empezó a drogarse para probar con sus amigos. “El consumo es la cara visible de una enfermedad que viene de antes, la ausencia de mi papá. Mi mamá para tapar esa falta no me ponía límites. A los 13 años empecé a consumir marihuana, a los 16 cocaína, a los 18 me internaron en Uruguay, hice un tratamiento y me dieron el alta, estuve 5 años limpio, hasta logre trabajar como operador terapéutico, pero recuperarme no me recupere nunca, porque ante una frustración volvía a drogarme. Por eso digo que el consumo es lo visible de la enfermedad. La sustancia te saca de la realidad, me hacia olvidar de las falencias que tuve en la relación con mi papá. Acá me están poniendo los sentimientos en su lugar. Asumir que estoy enfermo me ayuda a cuidarme todos los días”.

La droga está al alcance de la mano, generalmente están solos, sus padres no los escuchan, falta de contención, falta de amor, de acompañamiento, falta de control. El núcleo primordial es la familia, y la familia hoy es disfuncional.

Luciano Martín Esmelian tiene 27 años y empezó como todos por curiosidad “Tuve una infancia mala, mi papá no existía, no se ocupaba, vi mucho el sufrimiento de mi vieja. La droga te hace salir de la realidad y la personalidad ayuda mucho, yo me sentía menos que otros y al drogarme eso cambiaba. Al principio fumaba marihuana, después cocaína y después cualquier cosa, no me importaba, cuando empecé con la música electrónica tomaba todo tipo de pastillas. Viví 10 años de oscuridad, tuve 4 crisis por sobredosis siempre creyendo que podía controlarlo y termine en el Santojanni con 7 puntos en una mano, porque para que pare la convulsión te tienen que cortar. Yo me quería morir, quería destruirme y cuando sentís así no podes querer a nadie.”

En Camino de Vida, se trabaja con el Modelo Minnesota, que está orientado hacia la abstinencia y basado en el programa de Doce Pasos de Alcohólicos y Narcóticos Anónimos. La recuperación se facilita con el apoyo del entorno familiar, los amigos que no consumen, y los grupos de autoayuda.

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