domingo, 5 de enero de 2014

editorial

La estación de Villa Bosch, ícono del barrio, lugar de entrada y de salida, de encuentros y de reuniones, esta siendo por fin considerada. Después de tantos años de invisibilidad, de deterioro y abandono, finalmente las autoridades decidieron poner manos a la obra y mejorarla. Es verdad que no es lo que esperábamos, ni lo que se había prometido, es cierto también que el muro que encierra una parte del bosque de eucaliptos, va a cumplir en enero cuatro años, pero no está bien la crítica destructiva que anónimamente se lee por Internet. Las redes sociales son de suma utilidad, resultaron de vital importancia cuando en varias oportunidades fue necesaria la convocatoria vecinal, para pedir seguridad o para exigir que se derribe el muro (que aún sigue en pié). Pero no sirven, cuando son para desmerecer lo que se ha hecho. El año pasado El Centro Cultural José María Bosch, dio el puntapié inicial, cuando tuvieron la iniciativa de embellecer la entrada de la casona, donde aun hoy se puede ver el mural de Nieves Fraga “Sueña” como un presagio de lo que estaba por venir. Celebremos lo que se está haciendo, sin dejar de reclamar lo que esperamos y sabemos que aún falta.


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