lunes, 14 de mayo de 2012

martín ron - sin querer queriendo

Cuantas veces paseando por diferentes lugares de la zona nos encontramos con paredes pintadas, obras de arte que se presentan ante nuestros ojos sorpresivamente y nos obligan a parar para contemplarlas. En el último tiempo casi todas están firmadas por Martín Ron quien despertó con sus obras nuestro interés en conocerlo. Martín es un reconocido artista del arte mural que ha ganado diferentes premios por sus trabajos, hoy es el actual coordinador del Programa Embellecimiento Urbano de la Secretaria General de la Municipalidad de Tres de Febrero. Se desempeña como docente en Cuca de Untref, en el Centro Cultural Heredia y en el Museo Parodi, vive en el límite entre Villa Bosch y Caseros, nació en Tres de Febrero y es un joven de 31 años apasionado por embellecer nuestro distrito.

¿Como comenzaste a desarrollar tu vocación?

“Sin querer queriendo” como decía el Chavo, aprendí dibujo y pintura haciendo talleres, nunca fui a una escuela de arte, me considero un autodidacta. Siempre me gusto pintar, he dibujado desde muy chico y participado en muchos concursos. A los 12 o 13 años imaginaba formas y las pintaba en las paredes de mi habitación y en las de mis amigos. Estudie la primaría y la secundaría en La Merced, escuela que tuvo mucha importancia en mis comienzos, allí comentaban “Martín dibuja bien” y entonces todos querían algo, se iba corriendo de boca en boca y empezaban a pedirme cuadros. Por supuesto yo era quien dibujaba los pizarrones para las fechas patrias. Estando en 4to año gane mi primer dinero con el arte, el apoderado de la escuela sabiendo lo que yo hacía me ofreció pintar el jardín de infantes, me venía bárbaro porque salía de clases y me iba a pintar en el jardín.

¿Como te incorporaste al municipio?

Todo comenzó con los Torneos Bonaerenses, siempre me presenté con cuadros en caballete y siempre llegue a la final en Mar del Plata. Los Torneos fueron el puntapié para permitirme dar clases de plástica en cultura de la municipalidad a un grupo de chiquitos. Posteriormente ingresé al grupo dirigido por Javier Pepe, Jóvenes por un Distrito Mejor, que a través del programa de embellecimiento urbano se encarga de los murales. Fue así que empecé a acostumbrarme a pintar en la calle, me gusto la idea de crear sobre paredes y me anime a hacerlo inclinándome por el estilo hiperrealista.

¿Cual fue tu primera obra como muralista?

Fue en el Hogar de Ancianos San José, un hogar que habían recuperado, allí con mi hermano y mi primo hicimos una plaza, pero en lugar de chicos jugando los que jugaban eran los abuelos. La siguiente la hice en el 2004, en Maestra Baldini y Wenceslao del Tata, es la imagen del renunciamiento de Evita, tiene varios años y todavía se puede ver, en esa época hacía dos murales por años, también fui parte cuando se restauró el túnel de Caseros.

¿Cómo se eligen los lugares?

Salgo a buscar paredes por todo el distrito, porque el programa nos obliga a buscar al menos una por mes. El lugar donde se va a hacer la obra es muy importante porque de la pared depende lo que pueda llegar a trasmitir. Donde algunos solo ven una pared yo veo todo, por ejemplo, si hay más tráfico que peatones o viceversa, porque todo está pensado en función de la manera en que pueda sorprender a quien lo mira. Cuando la obra se va a ver desde un transporte se utiliza una técnica similar a la que se usan en las publicidades estáticas en rutas o avenidas, teniendo en cuenta la fugacidad de esa mirada que no es lo mismo que para quien la observa caminando.

Y los temas….

Yo empiezo con algo a ver que pasa y lo demás va saliendo sobre la marcha, no me piden algo especifico, salvo en el caso de algo especial como lo de la explanada del municipio con la gesta de Malvinas. Después en el programa todo queda librado a mi imaginación y a la libertad de expresión (lo cual es la esencia del programa). En el último que seguramente se terminará en esta semana comencé con un caracol, después veremos como sigue desarrollándose.

¿Porque en tu última obra en Tropezón hay conejos?

Es solo algo que se me ocurrió porque uno está expresando pero también jugando. No estoy dando ningún mensaje en particular, había que resolver el problema de la pared larga tanto a izquierda como a derecha sin demasiado detalle, porque sino no se puede ver desde el tren. La locomotora esta guiada por un panadero, que es el panadero de la esquina que nos permitía guardar la grúa. Este mural mide 65 metros de largo por 4 de alto y lo realicé con la ayuda de Martín Worich que es mi alumno en uno de los talleres de arte urbano.

¿Siempre trabajas con tus alumnos?

Hasta el año pasado si, el mural de Tevez en Fuerte apache lo pinte con Lean Piseda un amigo que ahora el tiene su propio grupo, pero ahora lo hago más participativo, me estoy relacionando a través de las redes sociales, con otros colegas que hacen lo mismo no solo en capital sino también en otros países, con un grupo de Chilenos que querían conocer la técnica estamos pintando un mural en Ciudadela.

¿Cual es la diferencia entre el graffiti y el arte urbano?

En realidad el graffiti quiere dejar en la gente un mensaje, una idea a través de de la escritura, en cambio el arte urbano va por otro lado quiere dejar solo arte en la gente. Los dos se relacionan porque que expresan en lugares públicos.

¿Cuánto dura un muro pintado, si se deteriora lo arreglan?

La pared puede durar cerca de 10 años pintada, pero una vez que lo firmé ya no me pertenece, es de la gente, si se deteriora prefiero pintar otro, hacer algo encima, el programa de embellecimiento urbano le brinda al creador un espacio para expresarse, esta creciendo en forma exponencial por lo que buscamos artistas para formar grupos y unirlos al proyecto.

Contanos del bebé que esta en el paso a nivel de Av. San Martín-

Ese bebe se realizó a fines del 2010, esta copiado de una foto que saque de Internet y está pensado para que se vea desde el tren y para ver de que manera impacta con sus dos dedos en v, en ese ida y vuelta con tanta gente cruzando las vías.

-Todas las obras incluyen un gran esfuerzo-

Si en realidad para mí es un laburo, está buenísimo, porque es lo que me gusta hacer, por eso vale, es muy motivante y espero poder dedicarme a esto toda mi vida.

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