A
fines del mes pasado los medios se hicieron eco de unas fotos en donde se veía
a Matías Garfunkel y su mujer posando felices al lado de los animales que
habían asesinado ( asesinar, dice el diccionario: matar de forma intencionada).
Los cazadores generalmente gozan de buen
poder adquisitivo, porque este seudo “deporte” no puede pagarlo cualquiera. A
partir de lo publicado sabemos que no todos los animales muertos valen lo
mismo, no cuesta igual la cabeza de un elefante que la cabeza de un león. Y lo
más terrible de esta realidad es que todo está preparado para que el cazador
logre su objetivo sin ningún riesgo, dado que en estos espacios, se sueltan a
los animales drogados para que quien va a matar logre su objetivo pagando y así
poder llevarse el trofeo, para exhibirlo
ante sus amistades. Quienes defienden esta práctica, utilizan diferentes argumentos
para explicar y para darle sentido a una actividad que asesina a miles de
animales cada año, sin tener en cuenta que disparar y matar para divertirse, es
no tener respeto por la vida.“ Yo no cazo para comer, como lo que cazo”, explicaba
en los programas televisivos Lucho Avilés , y yo me pregunto, ¿si caza para
comer, porque posar orgullosamente en una foto al lado de un animal muerto? León
Tolstoi el reconocido escritor Ruso (1828-1910). Se expresaba de esta forma al
respecto de la caza, “Del asesinato a los animales al asesinato a los hombres,
sólo hay un paso“.
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