Alberto
Arregui es un trabajador incansable que ha dedicado su vida al arte, no hay un
espacio público en Villa Bosch que no cuente con una obra suya. Artista público,
de esta manera se define. Un personaje entrañable que vive como quiere,
disfruta plenamente de su relación con la gente, de sus clases y de su obra.
Nació en Villa del Parque y se mudó a Villa Bosch en 1965, hoy a los 84 años nos
recibe en su Taller Madre Atómica, un ícono del barrio, en la esquina de El
Payador y Cochabamba
¿Qué es
el arte público?
Es algo
que por estar poco difundido también está poco digerido, la gente no sabe bien
a que se llama arte público, saben dónde se hace, pero creen que somos
escultores y pintores que exponemos en espacios abiertos, y no es solo eso,
tiene una base comunicante, lo que llamamos transversalidad, lo que educa, no
lo que vemos con nuestros ojos, sino ver bien la vida, esta actividad produce
cambios en mí. Los franceses lo llaman “métier”, es ir dejando de lado todas
las técnicas en un dialogo con lo obra que estoy creando, algo que va apareciendo
a medida que voy trabajando. El otro aspecto del arte es ver lo que otros no
ven. Me alejo de la obra y observo
imágenes diferentes, a cuando me acerco, a veces doy vuelta un cuadro y le
encuentro otra forma interesante, puedo ver un cuadro desde varios ángulos y
siempre descubro cosas distintas. El arte público llega cuando hay un grupo de
gente que coincide con una misma idea, siempre hay un coordinador, pero en
definitiva es el encuentro con la gente, sino solo sería un cumulo de
individualidades. Cuando hacemos algo en el barrio y viene todo el mundo es un
momento solidario y colaborativo con lo que sea, hasta una botella de agua fría,
puede provocar eso que yo llamo el “chispazo”. No me gusta que ninguna obra
este encerrada tras una reja, quiero que la gente la disfrute, la toque y la
contemple libremente, la obra no debe estar presa.
¿Una
nueva obra es pensada?
No, en
realidad es como un sueño algo que uno vio o sintió y espera para ver, que
sale, está en el inconsciente por lo general lo que yo digo es porque antes lo
dijo otro y yo me quedo con algunas cosas. Borges decía “a mí me aparecen
muchos temas, al día siguiente me quedo con unos pocos, cuando me queda uno
solo ahí empiezo a trabajar”, es lo que queda en el interior de cada uno, yo lo
llamo dignidad. Es un valor que hay que rescatar, es algo que está más allá de
los intereses, de los lugares comunes, está más allá del arte.
¿Hizo
muchas exposiciones?
Hice muy
pocas, la última fue hace dos años, fue una muestra de pintura en la Dirección
de Cultura. Yo hago más arte público, no se me conoce tanto como artista
plástico, mi mundo está en el circuito de Villa Bosch. Me invitaron de
Australia pero no fui, ni voy a ir
¿No le
gustaría conocer otro lugar, hacer un viaje?
Yo el
viaje lo hago todos los días, estoy acá y me puedo ir a la China, a Japón
adonde yo quiera, voy con mi imaginación, además con todo lo que hay que hacer
acá, ¿cómo me voy a ir?
¿Hace
trabajos para terceros?
No hago
nada por pedido que sea rentado, todo lo hago por propia voluntad. Un vecino
mío, Alberto “Tito” Acosta se le dio por hacer un poema, ese poema despertó su
vocación, no sé cuántos escribió y me pidió que se los ilustrara, cada vez que
escribe uno, yo le hago las ilustraciones todo adhonoren, en mayo expone en el
Registro Civil. Otro de los trabajos que hice por pedido es el León, del club
de Leones que está en el paso a nivel de José M. Bosch, también adhonoren.
¿Ud.
nunca cobra sus trabajos?
Nunca,
todo lo hago gratis, yo hago el trabajo, pero necesito que me ayuden con los
materiales. Tampoco cobro las clases, nunca lo hice y si vendo alguna obra, el
dinero lo dono a la cooperadora de la escuela 16 de villa Bosch, de la cual soy
padrino, eso me valió el reproche de algunos artistas del barrio que piensan
distinto a mí. Soy un “subversivo”
¿Qué
problemas le trajo?
Por el
año 94 pertenecía a SAPI (Sociedad de Artistas Plásticos independientes) Yo era
el socio N° 1 fundador de la institución y presidente y me expulsaron justamente
por ese motivo. Pero para mí hay cosas más importantes, que no se pagan con
nada. Tiene que ver con la relación con la gente. En una oportunidad me
encontré con el arquitecto Benítez, que en ese momento pertenecía al municipio,
viendo que estaban arreglando las plazas le ofrecí mi colaboración, me pregunto
si quería hacer una escultura y cuanto le cobraría, le conteste que sí quería y
que lo haría gratis. Empecé a trabajar
con la cuadrilla, comía con ellos, la pasé genial, eso no se paga con nada y es
lo que me hace feliz
¿De qué
vive Alberto?
Vivo de
mi jubilación, vivo austeramente, no necesito más de lo que tengo, a veces voy
a comprar a un negocio y la gente me regala las cosas. Yo hice la primaria, la
secundaria, las tres escuelas de arte y no pagué un peso. Todas eran escuelas
nacionales y públicas, yo le quiero devolver a la comunidad algo de todo lo que
me dio, ¿la gente que quiere aprender y no tiene plata como hace? Bueno yo le
doy esa oportunidad y a cambio me enriquezco con ellos porque aprendo de ellos,
empiezo a apreciar más aspectos de la vida. En una oportunidad una nena de 5
años me enseñó algo, yo le pedía que haga un corazón y ella no sabía, para
ayudarla le digo ¿a qué fruto se parece? ¿Se parece a una manzana? y me contesta,
no ¿A un durazno?, no, es que no se
puede abstraer, el corazón es corazón y la manzana, una manzana, para esa nena
lo que es, es y lo que no es, no es. El año pasado tuve 60 pibes de mañana y de
tarde, aprenden, me prestan atención, he tenido chicos de hasta 2 años.
¿Cómo
andan los proyectos para el bosque de eucaliptos?
Hasta
ahora no me dieron bolilla, ni en el Presupuesto Participativo, ni en la última
reunión que se hizo en el Centro de Jubilados, El Refugio. Alguien me dijo que
se iba a ocupar, pero hasta ahora no hay novedades. La última vez que pregunte
fue en la Dirección de Cultura y me pidieron número de expediente, cosa que
nunca tuve, me parece que no entro por ningún lado. Voy a pasar por la mesa de
entrada del municipio y la voy a hacer entrar personalmente.
¿Y con
respecto al paseo de las esculturas?
Bien,
muy bien, ya estamos terminando el monumento a Juan Manuel, el profesor de la
EMAC que fue asesinado el año pasado. En el mes de febrero pedimos un muestreo
de todo el proceso, para memorial, no es un homenaje, lo hecho en homenaje se
hace una vez y punto, en cambio el memorial queda eternamente. Así son todas
las obras que hace el arte público
¿Nunca
volvió a SAPI?
Si, voy todas
las veces que me llaman y es bastante seguido, tenemos muy buena relación, se
han dado cuenta que hay que trabajar por la comunidad y aceptar la decisión de
cada uno. En mi taller digo que doy clases libres simultáneas y gratuitas. No
doy generalizadas. Como en el juego de ajedrez hago mi juego con cada alumno y
ellos crean sus propios trabajos ayudándose entre ellos.
¿Porque
tantas esculturas con el tema de las madres?
En mis
épocas de estudiante en las escuelas de arte, se me aparecía siempre una imagen
de mujer con los brazos en alto, hasta que un día también empezó a aparecer un
chico, siempre me salían así. Yo tengo algo especial con las madres, son el
origen de todo. Un día hice la escultura y la puse en el jardín de mi casa, una
persona me dijo porque no la pone en la calle, mi formación me decía que no se
podía hasta que me dije ¿porque no? Fui
a la municipalidad, hice todos los trámites y me dieron la autorización. Me
ayudo mucho el profesor Cabrera, Director de Cultura de esa época con todos los
trámites. El día que la colocamos fue una fiesta con todos los vecinos.
¿Porque
Madre Atómica?
Yo no le
pongo nombre a mis trabajos se los pone la gente. Madre Atómica me lo sugirió
un vecino, alguien dijo que estaba hecha de pedacitos y que iba a explotar como
una bomba atómica, otro porque era la madre del futuro, porque sostiene al hijo
que en vez de mirarla a ella, mira al futuro. Eso lo traslade al taller porque
está sosteniendo todas las vocaciones de
la gente
¿Qué
tiene que hacer un chico que quiere aprender a pintar?
Viene y
directamente, me toca el timbre, me dice que quieren aprender a pintar con
lápiz, con tempera, acuarela, con lo que sea, y yo les digo de tal hora a tal
hora puede venir, media hora o las tres horas, nunca les voy a cobrar.