Juan
Manuel Miranda fue asesinado el 21abril en su casa de La Crujía al 6000 en el límite
entre Tres de Febrero y San Martín. Alrededor de las 3,30 de la madrugada se
levanto porque escucho ruidos y al abrir la ventana, encontró la muerte.
Estaban intentando ingresar a la casa barroteando las rejas, le dispararon a
quemarropa y lo mataron. Según manifiestan los vecinos está es una zona
peligrosa, al respecto nos dice Clara Marta: “Los vecinos juntamos firmas que
van a ser entregadas al intendente, reclamando una comisaría. La gente grita justicia. Tenemos
miedo, los chorros entran por un lado y salen por el otro y la policía no hace
nada, esta zona es peligrosa desde hace mucho tiempo, ya le han robado a muchos
vecinos, pero esto colmó el vaso. La policía esta dando vueltas pero no dan a
abasto, la justicia, los jueces son los que tiene que responder y también los
políticos, el intendente, la gobernadora, el presidente, nos tienen que
escuchar. El Sr. Katopodis nos llamaba todos los días para que lo votemos, yo
lo voté, ahora quiero que nos llame para ver que necesitamos” Se hicieron
cuatro marchas pidiendo justicia, la primera se realizo al día siguiente de la
muerte de Juan Manuel, exigiendo seguridad. Tras la investigación se realizó un
allanamiento, se detuvieron a 5 personas uno de los cuales resulto ser un menor
de 17 años, los integrantes de la banda, estuvieron detenidos por robo y habrían
sido liberados hace 20 días. “Aparentemente los cinco que apresaron venían
haciendo estragos desde hace varios días, muchos vecinos encontraban sus casas vacías
al llegar. Andaban en un auto amarillo que fue filmado por las cámaras de
seguridad” relata Patricia Di Loreto. “En las cámaras se ve el auto que pasa
por la puerta. Los árboles tapaban las cámaras, recién al día siguiente
vinieron a podarlos” reafirma Silvia Vázquez. Juan Manuel era un joven docente
de alrededor de 30 años que daba clases de dibujo, arte digital y serigrafía en
la Escuela Municipal
de Arte y Comunicación de Tres de Febrero (EMAC) “Mi hermano no tenía canas
todavía. A mi hermano le faltaba vivir. La única justicia sería que vuelva y
eso es imposible. Si ellos querían plata no era necesario que lo mataran. Juan
Manuel era un trabajador, era profesor. Es un dolor que no se lo deseo a nadie
en este mundo. Dios es quien tiene que decidir cuando nos vamos” contaba Laura
su hermana llorando desconsolada. Tanto sus hermanas como sus padres se suman a
estas movilizaciones organizadas por los vecinos, hartos, como dice algún
cartel de vivir con miedo, exigiendo seguridad, pidiendo para que estos hechos
no se repitan más. “Pido por la mamita de estos chicos que se equivocan,
también tienen que tener dolor, me gustaría hablar con alguna de ellas,
nosotros tenemos que tratar de ayudar para que esto no suceda nunca más.
Después del asesinato de mi hijo hubo dos hechos más, mataron a un papá que fue
a llevar al hijito a un cumpleaños y también, una toma de rehenes, yo no se que
nos está pasando, no se si es la falta de un pesito más, no creo que las autoridades
tengan la culpa, no creo que las autoridades judiciales tengan la culpa, creo
que no nos podemos ordenar. Fui al colegio de mi hijo el La Salle y me encontré de
frente con un cartel que decía: Hoy es un
gran día ha vuelto Jesús, Jesús está Vivo, y yo, en mi imaginación leí: Viejito quedate tranquilo estoy al lado de Él
, te espero viejito, las cosas lindas que vamos a hacer entre los tres, así,
con el dolor anestesiado nos hablaba Juan Carlos el papá.
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