editorial

Nuevos asfaltos, remiendos, túneles y calles cortadas, así podemos describir nuestro partido y en realidad no esta mal que esto suceda, se trata de la vía pública y corresponde entender que todo es progreso. A veces en un bocinazo o una cara larga solemos perder de vista que este tipo de conductas son las que esperamos de parte del municipio, la diferencia sutil es cuándo es el momento justo para hacerlo. Es importante que los enormes pozos dejen de existir y nos permitan transitar con tranquilidad, de igual forma son necesarios algunos túneles Ferroviarios. Con esto se agiliza el tránsito que en algunos lugares resulta caótico. El punto es que no importa que circular por las calles de nuestros barrios, se haya puesto tan difícil, si es que esto sirve para mejorar la vida cotidiana del vecino, lo que molesta es que se haga todo junto y que sea en este momento, tan cerquita de las elecciones. Se subestima a la gente, cuando solo se toman en cuenta sus reclamos, para conseguir ganar una elección. Es la vieja costumbre de la política, hacer en unos pocos meses, todo lo que se podría haber realizado durante el tiempo que dura su mandato. Utilizan el grueso de los recursos, con los que cuenta un  municipio, para intentar captar a los votantes a pocos meses de los comicios, cuesta no caer en el deseo de que haya elecciones todos los años, por imposible que esto sea.