La bici,
las cartas y él, son como el paisaje del barrio, es casi imposible encontrar un
vecino que no lo conozca, ni un evento que no cuente con su presencia, su
canto, su baile y su alegría.
Gustavo
Daniel Ortega nació en villa Bosch hace 50 años y aunque se mudó a los 7,
siempre trabajó en el barrio. Hizo de todo, vendió especias, leche, diarios,
fue albañil y conoce como pocos las calles de nuestro barrio.
“A mí me
gusto cantar toda la vida, y esto está
ligado a mi familia, mi vieja cantaba mientras hacia las tareas diarias y no
había fiesta en la que alguien no cante o toque un instrumento”.
¿Cuándo
te iniciaste musicalmente?
Todos
mis tíos eran artistas, hace unos cuantos años, a mediados de los 80, integraban
un grupo de música tropical, “Los Guajiros” que se hizo muy famoso en un
programa de Brizuela Méndez que trasmitían por canal 2. En ese programa aparecí
por primera, dado que unos de mis tíos se enfermó, era quien tocaba la timbaleta,
por ese motivo me convocaron a mí para suplantarlo. Debíamos grabar un casete
que luego se enviaba al canal. El tema se grababa en Tempo, de Palomar, todo en
playback, por lo que yo solo hacia mímica, el problema fue cuando tuve que ir a
los bailes y lo único que sabía hacer era rasgar la guitarra. Me salvo mi falta
de timidez. Fue un éxito, hacíamos tres shows por noches, tocábamos en Rescate
de San Martín y llenábamos cada vez que actuábamos. Luego el grupo se diluyo y
dejé la cumbia para acercarme al folklore
¿Formaste
algún grupo propio?
Si, Las
Voces de la Esperanza y Huenay. En 1996 me llamaron de la parroquia Virgen de
la Esperanza de Hurlinghan y formamos el
grupo folklórico “Las voces de la
esperanza” ensayábamos después de las misas. Tuve que perfeccionarme porque nos
hicimos conocidos y nos empezaron a invitar de muchas peñas en donde actuábamos
a sala llena. Tocamos en el Festival de Jesús María, Córdoba, en Santiago del
Estero, actuábamos al lado de grandes figuras como Rodolfo Zapata, El Chaqueño
Palavecino, Peteco Carabajal. Enviábamos
nuestro CDS y nos invitaban a festivales importantes. En el 2003 grabamos un CD
que se llamó Cenizas. Cuando comenzó el programa de Diego Corol, TKM en radio, yo
llamaba y les cantaba por teléfono, les hacia algún chiste, intentando llamar
la atención, hasta que lo logre. Un día Diego pregunto quién era este personaje
que llamaba, o sea yo, y me invitaron a participar de”Sin codificar” programa que
hacía en Televisión, en el canal América, ahí conocí a Pachu Peña, a Pablo Granados, a Yayo y a
varios más, me hicieron sentir muy cómodo, estuve en cuatro o cinco programas
¿Y como
fue que participaste en Pasión de sábado?
Una
chica quería ser secretaria en ese programa y me pidió que la acompañara, decidí
anotarme yo también y quedamos los dos
participando en varios programas pero quedé afuera del concurso, se ve que
había alguien con más banca que yo, pero no importa igual me di el gusto de
cantar en televisión
¿Cómo
empezaste a trabajar de cartero?
Fue por
intermedio de un tío, muy conocido en el barrio, que ingrese al correo mientras
hacía la secundaria, tenía 15 años. A los 21 me designaron cartero y desde ese
momento paso más tiempo en Villa Bosch que en mi casa, conozco a mucha gente y
mucha gente me conoce a mí. Hace tres décadas que reparto la correspondencia en
la zona céntrica, siempre cantando, es mi manera de expresar alegría y buena
onda, por eso me llaman el cartero cantor.
¿Siempre
entras cantando a los lugares que llevas las cartas?
A muchos
sí, pero no a todos, porque están los que me reciben muy bien, disfrutan de un
buen momento y se copan con la buena música y también están los que te miran
medio raro, entonces trato de ser lo más serio posible.
¿Todos
los integrantes de tu familia hacen música?
En todas
las reuniones familiares, se canta, se baila y se toca algún instrumento. Lo
raro es que la gente cree que yo me la paso cantando y yo no canto en casa, se
sorprenden cuando les digo esto, pero es como los cómicos, generalmente con su
entorno son gente sería, no se la van a pasar contando chistes todo el día. A
mí me pasa lo mismo, por supuesto tengo que ensayar y son mis hijos quienes me
sugieren algunos temas que después yo incorporo a mi repertorio pero lo que más
me gusta en las reuniones familiares es bailar.
¿Cómo
fue el día que tuviste que enfrentar al público como solista?
Como la
mayoría empecé cantando en fiestas familiares, pero oficialmente comencé en la
Parrilla Los eucaliptos, ahora llamada La Candelaria, estoy todos los jueves
ahí, algunas veces estuve en Giancarlo. Sin embargo, mi fuerte son las fiestas
familiares: 15 años, bautismos, casamientos, cumpleaños. Recuerdo que una vez
canté en una reunión para ocho personas, eran en total cuatro matrimonios, no
imaginé que la íbamos a pasar tan bien, se coparon todos y fue inolvidable.
¿Cobras
por todos los shows que haces?
Si
claro, si no lo hiciese no me estaría valorando a mí mismo, solo voy adhonoren
cuando es por una causa solidaría y sobre todo cuando es por el barrio como en la
Semana de Villa Bosch, El Día del Niño u otros eventos que sean para los
vecinos.
¿Cómo te
definirías?
Como
alguien con buena onda, trato de tener una sonrisa para todo el mundo, ya hay
bastantes cosas feas en esta vida como para transitarla con una cara amargada.
Hay una canción de Luís Aguilé con cuyo título me identifico, la canción se
llama “Cartas de amor” y yo digo que entrego “Cartas con Amor” porque siempre
es más fácil ser amable que antipático, para ser así hay que hacer un esfuerzo
más grande. Además creo que con amor se pueden salvar vidas, si en el mundo
hubiera más amor existirían menos guerras, seríamos todos muchos más felices.
Cada vez que entro a un lugar cantando y me reciben con alegría soy el tipo más
feliz del mundo y ver con que cariño la gente me saluda por la calle no tiene
precio.
¿Cuáles
son tus deseos para el futuro?
Tengo un
sueño, grabar en Video Clip, no pensé el tema ni el ritmo, es una obsesión que
me persigue desde hace mucho tiempo.