“El agua
estaba muy alta y ellos aparecían abandonados sobre un mar infinito.
Sin
embargo, con el agua alta y el cielo cubierto, los ruidos sonaban más
próximos.” “Él era, en este momento, el centro de ese
mundo anegado por las aguas. Un sobreviviente. El silencio y la noche, y las
aguas desbordadas y la soledad de aquel río semejante al mar venían a morir
alrededor de él.”
Este texto de Haroldo Conti, en “Sudeste”, nos acerca al sentimiento
descarnado de aquel que se va inundando y nada puede hacer para detener las
aguas. Cada vez con mayor asiduidad, la provincia de Buenos Aires debe soportar
graves inundaciones, las últimas afectaron a cerca de 30.000 personas. Los
ecologistas responsabilizan a la construcción de proyectos inmobiliarios que
obliga a rellenar los humedales y no permiten que se absorba el agua, también
al cambio climático y a los cultivos, especialmente la soja. Los políticos de
la oposición, hacen hincapié en las obras inexistentes, aquellas que el
gobierno no realizó o realizó a medias y el oficialismo reclama por una ley de
soberanía ambiental, que de no aprobarse perderá estado parlamentario a fin de
año. Más allá de todo lo que se hable, siempre el dinero importa más que la
gente y son los más pobres quienes deben recurrentemente empezar de nuevo,
contando solamente con la solidaridad de la gente como único recurso
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los editores se reservan el derecho a no publicar un comentario que no respete buenas costumbres o sea violento y/o insultante.