En El
Palomar funciona un refugio canino para los animales que han sido abandonados
por sus dueños. Son un grupo de personas que trabajan en forma voluntaria desde
el año 2004, con los perros rescatados del antirrábico de Tres de Febrero y también
de la calle. El amor que sienten por estos seres desprotegidos se desprende de este
texto con el cual se presentan en las redes sociales “Las 30 personas al cuidado de los 200 perritos del refugio,
trabajamos sin descanso y sin el apoyo y respaldo de ninguna entidad, curamos
sus heridas, los castramos, les ofrecemos atención médica, les brindamos
tratamientos con profesionales etólogos para rehabilitar a los que sufrieron
abusos extremos, los alimentamos, los bañamos, los paseamos, los abrazamos y
queremos hasta que vuelvan a confiar en ellos mismos y en la sociedad que los
marginó. Finalmente nos obligamos a procurarles un futuro plagado de amor junto
a familias responsables que valoren y protejan sus vidas para siempre. Nuestra
tarea consiste principalmente en cultivar amor donde otros sembraron odio,
construir sobre lo que se destruyó y acariciar el alma de los que sufren en
silencio.” Miriam Weretka una de las
voluntarias del refugio nos cuenta como y porque comenzó a dedicar parte de su
vida a esta tarea.
“Llegue al refugio de
casualidad, buscando a una perrita que se le había escapado a mi suegra, me
enamore de uno de los animalitos alojados ahí y decidí adoptarlo. Una de las
chicas que colaboraban en el refugio me lo trajo a casa y esa situación fue mi
primer encuentro con todo lo que significaba ese lugar, con la adopción y la
responsabilidad que implica el tener a cargo una mascota, en ese momento se despertó
mi pasión”. Miriam trabaja hace seis años en el predio y colabora con todo lo
que tiene que ver con las adopciones. Su teléfono esta las 24 horas a
disposición de la tarea que cumple, recibiendo el pedido de alguien o
solucionando el problema de algún adoptante. Dentro del refugio los voluntarios
cumplen diferentes funciones, hay quienes se encargan del cuidado de la
higiene, de los paseos para sociabilizarlos, otros se encargan de cuidar a los
mas vulnerables, son los que tienen más experiencia en la parte veterinaria, y también
están quienes se encargan de la difusión:”El perro ingresa necesitando
reponerse del trauma que significó el abandono, necesita volver a confiar y
poder estar con otros” nos cuenta Miriam.
Todos los sábados el mismo grupo de voluntarios, se ocupa de la higiene
de los caniles y de la alimentación, de esta manera los animales van ganando
confianza en la gente que los ayuda, porque son muchos los perros que llegan
maltratados.” Hay perros que ven una escoba y no salen de la cucha, otros que
ven una mano levantada y quedan paralizados. Lo que nosotros hacemos es lograr
que tengan una nueva familia” agrega. El
refugio tiene una capacidad de 200 perros, ellos se hacen cargo específicamente
de los animales que están en el antirrábico, si hay espacio se recogen de la
calle, si se adoptan diez, ingresan diez más. En cada canil pueden vivir cómodamente
no más de tres perros. Por eso hacen hincapié en la adopción, si hubiese muchos
adoptantes responsables habría espacio para más animalitos. “Nos ha pasado que
hemos dado perros confiando en la gente y los han vuelto a dejar en la calle,
por eso hacemos un seguimiento del animal que damos en adopción. El ser humano
es cruel, un animal no abandona a su dueño”
afirma. El refugio se solventa con donaciones, madrinas y padrinos que
colaboran económicamente y con la venta de rifas que se realiza dos veces por
año. Con lo recaudado, se construyen los caniles, las cuchas, las veredas y se
realiza la atención veterinaria. Allí se los vacuna con la séxtuple, las demás
vacunas se las dan en el antirrábico de donde también llegan castrados. Esto
último evita muchos problemas de salud como por ejemplo cáncer de mamas en las
hembras, o de próstata en los machos y además los tranquiliza tornándolos menos
agresivos. En los caniles para que no haya peleas entre los animales, se los
acomoda por pareja (macho y hembra) para que exista una compañía y no una
disputa territorial, como están castrados, no existe el problema de que se
reproduzcan. Como es de imaginar el refugio necesita muchas cosas, alimento
balanceado, arroz, leche en polvo para los cachorros, desparasitarios,
Cefalexina, Pervinox, collares, cuchas en desuso, productos de limpieza
(lavandina, detergente), escobas, escobillones, pipetas para las pulgas,
desodorante para el piso. Para tener más perros es importante edificar más
caniles y para hacerlos son elementales los materiales de construcción,
necesitan, arena, cemento, alambrados, chapas. No reciben las donaciones en el
refugio, tienen lugares de acopio o ellos mismos los pasan a buscar. “El
refugio es solo para atender a los perros y darles todo el tiempo que uno pueda,
para estar con ellos. Es tan gratificante, no hay palabras, una simple mirada
da todas las respuesta, solo con eso te demuestran que cumpliste con tu
función. He visto sufrir a muchos perritos, por eso me emociono. Todos los que
colaboramos acá, estamos unidos por un mismo sentimiento, vivimos atendiendo el
teléfono, porque nunca sabemos si alguno de nuestros perros tuvo algún
problema. El compromiso tiene que ser genuino. ”.Concluye Miriam
Quienes
deseen contactarse para adoptar alguna mascota o realizar alguna donación
pueden comunicarse a los siguiente teléfonos: 5273-4000 (dejar mensaje) -
Adopciones: Miriam 15-3649-1006 / mmweretka@yahoo.com.ar
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