editorial

Tarea difícil para el ciudadano común interpretar a un político argentino. Es en este momento, tan cerca de las elecciones, cuando tanto tienen que mostrarse, donde demuestran como logran acomodarse para no quedar afuera de la contienda electoral. Utilizan todos los medios, aún aquellos que puedan ridiculizarlos para posicionarse. No importa si antes pensaban distinto, si apoyaban otro proyecto u otro candidato, en definitiva, dicen y se desdicen, sin atisbo de pudor. Muchos de los políticos que actualmente están en carrera, han cambiado mil veces de espacio, demostrando que lo único importante para ellos es estar, no importa en que lugar. Lo que antes defendían ahora lo atacan y lo que es peor, son indiferentes a las pruebas que atestiguan lo que dijeron o hicieron antes. Podemos definir como campaña electoral a todas las actividades que realizan los partidos (actualmente inexistentes) o los candidatos, para captar los votos de la ciudadanía. Está actividad debería ser profundamente democrática y servir para que cada uno de ellos exprese sus propuestas e ideas, sin embargo los participantes están más ocupados en defenestrar a su oponente, que en poner sobre la mesa sus planes y explicar como los van a ejecutar, para que los ciudadanos que estén de acuerdo con esa plataforma les entregue su voto