editorial

Resulta extraño pasar por la Huerta Comunitaria y verla ocupada por fuerzas policiales, clausurada al público y con un camión de asalto intimidante, dentro del predio. En una nota del mes de octubre hablábamos de la posible instalación de una Unidad de Pronta Atención en ese lugar, hoy sabemos que el 17 de ese mes, se realizó el acto de apertura de los sobres de licitación para esa construcción, que de acuerdo al convenio deberá concluir dentro de 180 días. Las opiniones de los vecinos están divididas entre quienes desean la urbanización del lugar, por el peligro que implica ese predio sin vigilancia, por la noche y aquellos que lo consideran como un privilegio, por lo que significa ecológicamente esa zona. Villa Bosch, como todos los distritos que rodean a la Ciudad de Buenos Aires, no abunda en espacios verdes y el bosque de eucaliptos es identidad para los boschenses. Esta edificación seguramente va a alterar el paisaje barrial y sin lugar a dudas su ecosistema, porque inevitablemente habrá un aumento del transito vehicular, lo que supone más polución ambiental y si como se dice, también funcionará un helipuerto, esto espantará a las aves que pueblan los alrededores de la estación, porque el ruido de los helicópteros, impactará en su hábitat.  Quizás la UPA resulte de importancia para la salud de los habitantes del distrito, pero hubiese sido un buen ejercicio democrático, realizar una consulta vecinal.