No se
recuerdan temperaturas tan altas como las que vivimos a fines del mes de
diciembre, la ola de calor más prolongada en el último siglo y en enero, un
calor tan agobiante que fue record de los últimos cincuenta años. Sumado a esto
y como consecuencia de las altas temperaturas, muchos barrios de la capital
federal y del conurbano bonaerense, se vieron privados del suministro eléctrico
por la falta de previsión e inversión de las empresas de electricidad y por la
inacción estatal en el control de las mismas. El comienzo de las vacaciones nos
sorprendió con una tormenta y la caída de un rayo, que en Villa Gesell mató a
cuatro personas e hirió a 22, nueve días después en otra tormenta similar, dos
rayos en Mar del Plata hirieron levemente a siete personas y en la noche del 24
de enero un violento temporal que provocó un alud en Catamarca, dejo un saldo
de al menos 13 muertos y a 500 pobladores sin vivienda. Es evidente que el
maltrato que proporcionamos a la naturaleza tiene consecuencias que están a la
vista, no es algo que sucederá en el futuro, sino que ya esta sucediendo. Si
nosotros no nos replanteamos el consumo, sino cuidamos nuestros espacios
verdes, en definitiva, si no nos preocupamos más, por la ecología, los pronósticos
serán cada vez más desfavorables, porque no alcanza con que la ciencia avance,
somos nosotros quienes debemos tomar conciencia y cuidar a este planeta, en el
que vivimos todos.
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