La estación
de Villa Bosch, ícono del barrio, lugar de entrada y de salida, de encuentros y
de reuniones, esta siendo por fin considerada. Después de tantos años de
invisibilidad, de deterioro y abandono, finalmente las autoridades decidieron poner
manos a la obra y mejorarla. Es verdad que no es lo que esperábamos, ni lo que
se había prometido, es cierto también que el muro que encierra una parte del
bosque de eucaliptos, va a cumplir en enero cuatro años, pero no está bien la
crítica destructiva que anónimamente se lee por Internet. Las redes sociales son
de suma utilidad, resultaron de vital importancia cuando en varias
oportunidades fue necesaria la convocatoria vecinal, para pedir seguridad o
para exigir que se derribe el muro (que aún sigue en pié). Pero no sirven,
cuando son para desmerecer lo que se ha hecho. El año pasado El Centro Cultural
José María Bosch, dio el puntapié inicial, cuando tuvieron la iniciativa de
embellecer la entrada de la casona, donde aun hoy se puede ver el mural de
Nieves Fraga “Sueña” como un presagio de lo que estaba por venir. Celebremos lo
que se está haciendo, sin dejar de reclamar lo que esperamos y sabemos que aún
falta.
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