Mariana Rosas
Martinelli de Cárdenas es una reconocida artista y profesora del barrio que con
sus 81 años, sube y baja varias veces al día, por una empinada escalerita de
madera, para llegar a su atelier. Su lugar en el mundo, como le gusta llamarlo.
Su casa respira arte por todos lados, especialmente en sus paredes repletas de
cuadros. Mariana, nació en Mendoza en 1932, consagró su vida al arte y a la
docencia, lo que no le impidió formar una familia junto a Ponciano Cárdenas, multipremiado
artista plástico, a quien entrevistamos hace unos años para nuestro medio. Juntos
tuvieron cuatro hijos: Mariana dedicada a la danza, actualmente retirada,
Ponciano, ingeniero agrónomo, Arilino, el único de los cuatro que siguió el
camino de sus padres, actualmente expone en la municipalidad de San Martín y
Paloma que es profesora de educación física y la única que vive lejos, en Villa
Ventana.
¿Cuando comenzó
su inclinación artística?
Desde muy
chica, mi mamá me mando a estudiar, al Instituto de Teatro Infantil Labardén, allí enseñaban danzas, plástica, folklore,
canto, arte escénico, declamación. A mí me encantaba, pensé que iba a poder
vivir toda la vida de eso, pero en esa época, los que se dedicaban a las tablas,
estaban mal vistos, lo que hizo que mis padres me sacaron, yo creí que me moría,
hasta que un tío tuvo la maravillosa idea de que estudiara en una escuela de
arte. Fue al terminar la primaria, tenía 13 años, porque como nací en agosto,
entré a la escuela, casi un año mas tarde. Curse tres años en un instituto
incorporado, el Herminda Acosta, después continué cuatro años en la escuela
Prilidiano Pueyrredón y luego pasé a la escuela superior, es decir que hice
toda la carrera. Soy profesora de pintura, dibujo y grabado, posteriormente
estudié un tiempo en el Belgrano, hasta que por viajar a Bolivia abandoné.
¿Allí lo
conoció a Ponciano?
No a él lo conocí
en la Escuela Superior
de Bellas Artes Ernesto de la Carcova. El
iba y venía de Bolivia, en uno de esos viajes, cuando al volver, nos casamos y
nos mudamos a su país, a vivir allí un tiempo, pero yo no me sentía muy bien, había
quedado embarazada en el viaje de ida, en el tren, me volví antes para que naciera
mi primera hija. Una tía de mi mamá contaba los días para saber si exactamente habían
pasado nueve meses, porque ella pensaba que a lo mejor había quedado embarazada
siendo soltera, eran otros tiempos…
¿Que paso
cuando volvieron a Villa Bosch?
Estuvimos
cerca de 2 años en Bolivia, yo me vine antes a vivir a lo de mi mamá, porque
Ponciano trabajaba como profesor en su país. Con el dinero que habíamos juntado,
más los premios que él había ganado, compramos el terreno para nuestra casa en
Cochabamba y Miguel Ángel.
¿En esa
época ya se dedicaba a su profesión?
Si,
trabajaba como profesora en la escuela Preciosísima Sangre, daba clases en el Pío
XII, en la escuela Antonio Berni de San Martín y además tenía alumnos en mi
casa, enseñaba cerámica, esto último duro poco tiempo, porque me sentía invadida,
como que me quitaban un espacio que era mío. Trabajé cincuenta años como
docente y hace cuatro solamente que no ejerzo.
¿Hizo muchas
exposiciones?
Si hice
algunas en Bolivia, otras en San Martín, en la Plata , en muchos lugares de la Provincia de Buenos
Aires, la última fue una presentación en el Registro Civil de Villa Bosch, pero
no me gustan mucho las exposiciones.
¿Porque
razón?
Normalmente
un artista expone para vender y eso a mí no me pasa, no vendo mucho. Será
porque no hago lo que a la gente le gusta, hago lo que me gusta a mí y no voy a
cambiar eso por una cuestión meramente comercial. Yo acepto todos los trabajos
que me encargan, pero quiero hacer solo, lo que yo quiero, no me gusta que me
condicionen. No hago lo conveniente para vender, esa es mi manera de manejarme.
¿Actualmente
sigue pintando?
Si, pinto todas
las mañanas y también las tardes, salvo cuando tengo alguna tarea pendiente,
hoy por ejemplo, dedico la mañana a hacer una torta para el cumpleaños de mi
hija
¿Si no vende
mucho, debe tener cantidad de trabajos guardados?
Un montón, tanto
el atelier como la planta baja están llenos de trabajos que guardo y no solo
cuadros, porque también escribo. Escribí algunos libros de poesía, tengo tres,
que nunca publiqué, también hice algunas canciones y hace muchos años, en el
primer festival de música folklórica, que se hizo en el país, presenté una
chacarera.
¿En el
barrio, tiene muchos trabajos realizados?
Hice muchos
trabajos, especialmente para la parroquia Nuestra Señora del Carmen, allí realicé El Crucifijo del altar, en madera, El Vía
Crucis, en cerámica, La lámpara del Sagrario, El retrato de San Leonardo en
resina poliéster y en la cripta del Instituto Pío XII hice la Cruz de la puerta de entrada,
el Pantocrátor, en el frente de la escalera interna, el Retrato de San Leonardo
Murialdo en cemento, la Cruz
del altar, en cerámica, la Puerta
e interior del sagrario y los Vitrales de las ventanas, También hice los
vitrales del Preciosísima Sangre.
¿Sus
trabajos tienen alguna similitud con los de su esposo Ponciano?
No, nos
expresamos de manera totalmente distinta, porque yo, no me hice al lado del él,
elaboré mi propio estilo desde muy chica.
¿Expuso
alguna vez en el municipio de Tres de Febrero?
Creo que sí,
y digo creo, porque lamentablemente me olvido de muchas cosas. Actualmente
estoy con algunos problemas de memoria, por lo que mi hija me hizo grabar una
chapita de identificación, con los números telefónicos, por si me pierdo y
paradójicamente no me acuerdo donde la puse. Desde muy joven tengo un problema
de orientación, así que si alguna vez, alguien del barrio me ve por allí, ya saben
que hacer, nos confía en broma. Nunca le he dado demasiada importancia a las
cosas que hago, será por eso que recuerdo poco.
Querida Mariana sos divina, todo un ejemplo de vida y te quiero muchisimo . Marite Ponisio
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