La Educación Activa es un enfoque pedagógico integral
que propicia en cada niño el desarrollo de sus capacidades personales, y en sus
propios tiempos, para integrarse a la sociedad y aportar lo valioso de su
individualidad. Es aprender desde la propia experiencia, desde un interés que
surge desde adentro del ser hacia fuera y no desde la recepción pasiva de información que viene
desde afuera hacia adentro. Es importante brindarles un espacio adecuado a los
niños, rico en materiales, que se modifique de acuerdo a las inquietudes y
necesidades auténticas de cada uno, donde ellos se puedan mover con
independencia y sin riesgos y donde se vaya gestando un clima relajado y
respetuoso. El rol del adulto es acompañar este aprendizaje vivo, y no volcar
ansiosamente la propia mirada y el afán de obtener tal o cual resultado, sino
ir afinando una escucha amorosa y sensible, para darle a cada chico la
contención que necesita y así encontrar su propio equilibrio entre el mundo
interior y exterior. Al mismo tiempo al adulto le permite seguir creciendo y
revisar su “propio mundo” a través de una observación e intercambio con él
mismo, con los niños, con otros adultos, y con el medio que lo rodea donde
finalmente se volcará en las familias y la comunidad. - María Eugenia Ríos
Coordinadora de Casa árbol
“No importa por dónde un niño comience con su actividad, lo
más importante es que se dedique a ella con entusiasmo, que sea un acto
completo”
“…Permite al niño que ‘saque fuera’ todo lo que se oculta en
su interior y posibilita que, poco a poco, vaya ganando confianza para realizar
su propia actividad.”
“... los límites de la libertad de cada individuo lo
establece única y exclusivamente los derechos legítimos de los otros, de la
propia seguridad y del cuidado del entorno en el que nos movemos.”
“Lo importante es, que con los sentidos bien agudizados experimente ‘en su
propio cuerpo’ la realidad.”
Extracciones del libro, Educar para ser de Rebeca
Wild
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